sábado, 21 de marzo de 2009

Poesía

Verte otra vez

El niño mira asustado
como sus rodillas
dejan sus piernas,
como su cuello
duda al sonreír,
y como te ríes
cuando toma valor...
cuando crece lentamente
con la grama del pasto,
con la espiral del mundo,
con el sueño libertario...

Patea su inconciencia,
patea la náusea
de pensar en su futuro,
de tocarse las ganas idiotas
de poder trepar
sobre sus gemidos...
de durar más de lo que cree...
sobre la sonrisa
de su quehacer
didáctico instructivo

Respira entre mis huesos
una mirada agitada,
un pensamiento desolado...
un par de caracoles que arrebate,
después de cobijarme,
con el pecho abierto,
sobre los jardines
que me acogieron involuntarios
para poder verme de cerca,
ya que tu me extrañas
y no se puede más que recostarme
al lado de la vereda
y pensar
que me verás
una y otra vez
rascándome el cerebelo,
resquebrajando el árbol de la vida
cuando tu sales de las letras
y te abrazas
a los troncos,
y te abrazas
de los tallos
y yo lanzo un par de todo,
y me abro de ojos
cubriéndome de aves,
levantando hacia los giros
triangulares de tus labios,
la de rayas laterales que camuflan,
el desgaste de mirarte
sin que me mires,
y te acerques a mis dedos,
a mis brazos
y me digas hola…
te extrañe en mis lápices…

Proeta